miércoles, 24 de febrero de 2010

RIGHT TO THE CITY


David Harvey hace un análisis de como la ciudad es vista como una fuente de poder político y económico. En el caso de la Ciudad de México, vemos que los centros de poder económico se encuentran localizados en Reforma, Santa Fe e Interlomas, sin embargo para acceder los dos últimos sitos es difícil hacer sin un vehículo, lo cual también habla de cierta segregación hacia clases más bajas.

Para entender los mecanismos de estas ciudades capitalistas es necesario considerar las bases del capitalismo, como es el mantener el captial siempre en movimiento, ya que sí se queda estático, no se generan ganacias y puede haber pérdidas. Aqui es cuando el mercado inmobiliario entra, para mantener las inversiones en movimiento. Eso explica por que las ciudades pertencen unos cuantos y no la población como debería de ser.

Al final recae en los habitantes de las ciudad demandar su derecho a SU ciudad, para esto se deberían crear colectivos que impidieran que nuevos desarrollos habitacionales se insertaran sin antes proponer mejoras para la comunidad además de crear consensos buscando un bien común.
Harvey, David, The right to the city

domingo, 21 de febrero de 2010

Comentario sobre The Flâneur, the Badaud, and the making of a Mass Public in France, cira 1860- 1910





En esta lectura se hace la distinción de lo que es un flaneur y un badaud. Grosso modo, el flaneur mantiene su individualidad y logra mezclarse con la gente, aprecia la ciudad por medio de sus sentidos y la vive como una experiencia estética. El otro, el badaud, es parte de la gente, no tiene individualidad, se hace anónimo y forma parte de la masa a la que cada evento maravilla, la cual no tiene intención mas que de vivir la ciudad.
El badaud, aquel curioso, morboso, es el que da vida una ciudad como Paris a finales del siglo XVIII, inicios del XX. Sin embargo al tomar en cuenta las características del badaud parisino, sin problema alguno lo podemos trasladar a la cotidianeidad de la Ciudad de México. Cuando se presenta algún evento fuera de lo común y que esté relacionado con algo violento, como un choque, la gente se para a ver, comienza a hacer sus propias conclusiones, del culpable y de la víctima, así como de lo sucedido.
Así como el badaud parisino, el mexicano en vez de crear una sensibilidad de los eventos, crea una resistencia, la violencia ya no impacta a un nivel en donde logre relacionarse con la “víctima”, lo maravilla a partir de que rompe con lo esperado. Los eventos contingentes hacen que la masa salga de su estupor del día a día, pero sin llevarlo a más que una serie de comentarios instantáneos.


Estos eventos se conjuntan en revistas como Alarma, El Gráfico y otros los cuales hacen un recuento de estos, con imágenes para aquellos que no estuvieron presentes. Esto se hereda de los periódicos gráficos que surgen en París durante la época ya mencionada. Los compendios de imágenes y noticias del estilo, no sensibilizan, al contrario, lo alejan de los lectores.






Shaya, Gregory, The Flâneur, the Badaud, and the making of a Mass Public in France, cira 1860- 1910.

Comentario de Aprendiendo a ser una ciudad


Según la visón de Azúa la ciudad es un constructo humano para regular un caos social, en donde se conjunta el nomos y logos de los habitantes.
El logos de la ciudad implica las reglas cívicas y sociales escritas o no escritas que regulan la ciudad. El nomos es la parte que hace una sociedad se sienta identificada con su sitio.
A partir de esto la ciudad se conforma para entrelazarse y crear una unidad donde los habitantes conviven y crean relaciones de diferente índole.
Según Gracq la ciudad no sigue esta forma de racionalización, sino más bien sigue el modelo de un animal, en el cual las células serían las personas. La ciudad entonces es la que explica el ser del humano dentro de ella.
La ciudad crea y regula las relaciones entre habitantes desde la antigüedad, sin embargo se crean formas y teorías nuevas de entenderla y vivirla.


de Azúa, Félix, Aprendiendo a ser una ciudad, p.180-187

jueves, 18 de febrero de 2010

Comentario Walkscapes

“Por más que el trayecto nómada siga pistas o caminos habituales, su función no es la del camino sedentario, que consiste en distribuir a los hombres en un espacio cerrado, asignando a cada uno su parte y regulando la comunicación ente las partes. El trayecto nómada hace lo contrario, distribuye los hombres(o los animales) en un espacio abierto, indefinido, o comunicante.”
Deleuze, Gilles, Guattari, Félix, Mille Plateaux : capitalisme et schisophrebie, Les Éditions de Minuit, París, 1980.

Estos filósofos posestructuralistas conciben la ciudad como un ente viviente, es decir como un organismo. Un organismo vive, se desarrolla y llega un estado en el cual o “procrea” o muere. En este caso las ciudades van creando vínculos internos, es decir sus habitantes tienen la posibilidad de vivirla de forma cerrada o abierta.

Si la intención es de vivir una ciudad abierta, estos toman la actitud del nómada, el cual deja de ser estriado, y se vuelve liso, para así sólo tener marcas que se borran y aparecen a su gusto. El nómada ve aquellos espacios que para los sedentarios son lisos como vacios, no aprecian aquellas huellas invisibles.

Dentro la cultura occidental se puede hablar de vías, las cuales ya tienen una estructura formal, cuando un sedentario no encuentra su vía este está perdido, sin embargo para un nómada, cuando este no encuentra ciertas referencias, este comienza a crear un recorrido, un walkabout, como lo llaman los aborígenes. Ellos llaman así al recorrido que se hace por medio de leyendas, las cuales los van guiando como un mapa orgánico.

Bibliografía
Careri, Francesco,Walkscapes,p. 29-67